La historia de la
fotografía comienza en el siglo XIX, cuando se descubrió la capacidad de la luz
para conformar imágenes permanentes. Antes de la invención de la fotografía,
solo se contaba con retratos dibujados o pintados a mano como único medio para capturar
imágenes de la vida real.
La invención de
la cámara oscura, un dispositivo que proyectaba una imagen inversa de la
realidad en una superficie, el daguerrotipo, un proceso fotográfico que creaba
imágenes permanentes en una placa de cobre plateado, y la película, que
permitía grabar imágenes de manera rápida y sencilla, abrieron las puertas para
la popularización de la fotografía.
A finales del
siglo XIX, surgieron nuevas técnicas que permitieron imprimir fotografías en
papel y la creación de cámaras portátiles que hicieron posible la captura de
imágenes en el mundo exterior. A medida que la tecnología avanzaba, la
fotografía se hizo más accesible, permitiendo que personas comunes pudieran
capturar imágenes y conservar momentos especiales.
Con el tiempo, la
fotografía se convirtió en una forma popular de arte y un medio para documentar
la vida y el mundo natural. La evolución de la fotografía continuó en el siglo
XX con el desarrollo de cámaras digitales y la posibilidad de compartir y
almacenar imágenes a través de internet, y en el siglo XXI, las fotos se han
convertido en una forma integral de comunicación y expresión en la vida
cotidiana.
